viernes, 22 de marzo de 2013


ENTRE LA DOCENCIA Y MI PROFESIÓN.

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA.

Soy Licenciada en Administración Educativa egresada de la Universidad Pedagógica Nacional unidad Ajusco, considero que mi vocación siempre fue ser docente; cuando era niña decía: cuando sea grande quiero ser como mi maestra.
Tuve la fortuna de contar a lo largo de mi formación académica con maestros a quién admiró y respeto. Fuente de mi inspiración por su dedicación. Vivía en una zona rural marginada y observaba lo que tenían que hacer y las travesías para impartirnos clases, eso era “amor a la camiseta”. Sin embargo no me imaginaba como maestra de primaria, no cuento con las habilidades para trabajar para niños pequeños y decidí (por falta de información y orientación) no ingresar a la Escuela Normal de Educación sino a la UPN.
Durante el primer semestre de la licenciatura, compañeros que ya estaban en servicio, me invitaron a participar con ellos como adjunto docente, hecho que reafirmo mi vocación, y aun cuando solo era la auxiliar sentí que mi sueño era realidad. Cuando egrese tuve que tocar puertas y me fue muy difícil incorporarme al sistema educativo federal, pues mi perfil no figura en el profesiograma para docente frente grupo, lo que me orillo a solicitar trabajo en instituciones particulares donde adquirí la mayor parte de mi experiencia, a trabajar bajo presión y evidenciar logros y resultados, a estar en constante actualización y preparación.
Años después me incorpore al sistema estatal y recientemente al federal, lo que me hace confirmar que no hay imposibles cuando te planteas claramente los objetivos, por ello busco información que oriente a mis alumnos a elegir lo que les sea conveniente, les agrade y tengan habilidades para que se desempeñen ampliamente, eleven su calidad de vida y sobre todo que disfruten de lo que hacen, que lo hagan con amor, con pasión, con dedicación, que aprendan de sus desaciertos y sean responsables de las consecuencias de sus actos; no hay errores, son momentos de oportunidad para corregir y aprender más, siempre lo he dicho yo soy la más beneficiada porque aprendo de sus experiencias.
La Educación Media Superior, me ha ofrecido la oportunidad de trabajar para jóvenes que en breve incursionaran en estudios universitarios y otros que deberán (a veces no por elección) incorporarse al sistema laboral o se dedican a su hogar. Esta transición me permite observar claramente esa transformación de orugas a luciérnagas, pues reconocen sus habilidades y comienzan a volar y a brillar por si mismos… aunque hay quienes prefieren no salir del capullo. En EMS, los resultados son más visibles y próximos que en los niveles de educación básica, ello implica mayor exigencia profesional para compartirse con los discentes desde el primer día de clase y el acompañamiento a lo largo de su preparación académica.
En lo anterior radican las satisfacciones que tengo al ser docente de EMS, pero también recuerdo algunas insatisfacciones como arbitrariedades que tienen una índole más política que académica que lamentablemente lastiman la imagen del magisterio; sin embargo me considero resiliente ante esos obstáculos que me impulsaron a buscar alternativas de superación.
 
Los aspectos de mi práctica docente en un día de trabajo en el aula, realmente no comienzan un lunes por la mañana; he aprendido que una clase tiene un proceso sistemático y metodológico:
1)    Asignación de horarios, así puedo calendarizar el número de horas que tendré con cada grupo, los días y la hora clase (si son a las primeras clases o después del receso e incluso si son al finalizar) para elegir las actividades a trabajar, los tiempos y hasta los trabajos extra clase.
2)    Teniendo la planeación, la dosificación y la transversalidad me siento más segura y solo resta hacer los ajustes necesarios cuando haya imprevistos.
3)    En el aula siempre llego con un saludo (voz fuerte para llamar la atención), realizo el pase de lista (solo con apellidos para agilizar el proceso), a veces hago comentarios cortos a varios de ellos (sin llegar a la charla) para hacerles notar que son parte importante del grupo: “por qué no se presentó la clase anterior, ya cambio el corte de su cabello, supe de su participación en algún evento, lo invito a ser puntual, lo felicito por su tarea o le hago comentarios al respecto e incluso cuando noto que alguno ellos tiene un cambio por salud o ánimo”.
4)    Comento lo que vamos a hacer en clase ese día y voy anotando fecha, título en el pizarrón a la vez que les pregunto cómo piensan que van a aplicar ese conocimiento, si tienen saberes previos o solo cotidianos en cuanto al tema, aprovecho sus comentarios para explicar los contenidos.
5)    Y poco a poco voy introduciendo al grupo en el desarrollo de las actividades, trato de equilibrar el tiempo entre participaciones individuales y por equipo; escucho y atiendo dudas o las genero para activar la dinámica de las participaciones.
6)    Reviso las actividades individuales hasta su lugar, ellos no se levantan al escritorio así puedo tener un dominio del espacio, del orden y de cada uno.
7)    Todas las actividades y notas de clase, aun cuando los trabajan en equipo, deben ser presentados en forma individual, lo que permite que cada uno de los alumnos no se disperse y ponga atención a sus compañeros.
8)    Para cerrar la clase, recapitulamos los temas, los logros y lo que queda pendiente, comento a grandes rasgos el tema de la siguiente clase solicitándoles una brevísima investigación para que puedan participar al iniciar la clase o al menos para que tengan idea de lo se vamos a trabajar.
9)    Realizo por escrito rápidamente y breve algunas observaciones en mi cuaderno de notas solo como puntos clave en la planeación para tenerlos como referencia.
 
Así trabajo en mis clases; claro no todo es tan fácil también me encuentro con alumnos que no desean estar allí  y siempre desea salir al sanitario, grupos que por algún evento o fecha deciden fugarse, aquellos que nunca presentan tareas o cuando entro al salón el clásico “vamos a ver una película” o “no hay que hacer nada”. Normalmente esto me ocurre con grupos con los que no había trabajado antes a lo cual busco algunas estrategias que no se ven resultados inmediatos pero que si me funcionan como por ejemplo, cuando me dicen que desean ver una película les contesto que gracias por proponer la actividad y busco una película que se relacione con el tema, pero la verán en sus casas y me presentaran el reporte en sus cuadernos así como también deberán comentarlo en clase para escuchar  sus opiniones al respecto.
En el caso particular de algunos alumnos, hablo con ellos con respecto a su comportamiento en el aula, les hago saber que entiendo que puedan tener problemas personales y en ese caso les pido que propongan como pueden cumplir con sus trabajos pendientes para no verse afectados en sus calificaciones y ellos toman la decisión de aprobar o presentar cursos de asesoría o extraordinarios. Esto último me ha resultado de gran utilidad, además de disminuir los índices de reprobación, me dejan experiencias que puedo emplear en otros momentos.
Realmente me gusta mi trabajo.